Sobre las armas, ¿se pudo evitar la muerte de Alison Parker y Adam Ward?

Seguramente un mayor, a la vez que fácil acceso a las armas, favorece que determinadas situaciones de conflicto acaben en tiroteos y muertes.

Sin embargo, quizás a la hora de abordar el debate sobre las armas, no se tenga que analizar tanto los argumentos en contra o a favor de la tenencia de armas, sino de analizar y debatir sobre las situaciones que llevan a una persona a intentar solucionar sus problemas recurriendo a la violencia y las armas.

Sabemos por la Psicología Social, que determinadas experiencias vitales, como el acoso y la violencia escolar, también conocido como bullying o el acoso en el trabajo o mobbing, pueden terminar en escenarios y situaciones resueltas de manera trágica.

Así algunos de los tiroteos y muertes ocurridas en colegios, institutos o campus universitarios quizá se podrían haber evitado si los centros educativos, es decir, sus tutores, consejeros, y profesores hubieran detectado a tiempo estas situaciones de acoso y violencia escolar.

En algunos casos la persona acosada dirige su ira y canaliza su angustia vital con violencia hacia sus compañeros o tutores; pero también en algunos casos deciden terminar con sus vidas.

En el caso que se comenta aquí, según recogen algunos medios de comunicación, el agresor no solo ha sufrido mobbing, sino que además, consciente de que su acto va más allá de la razón y de que éste no solo está dentro de la barbarie sino que además es un acto que él mismo repudia, decide terminar con su vida.

Sin duda ambos periodistas, Parker y Ward, no debieron morir. Nada justifica sus muertes; pero debemos ser conscientes y comprender que en nuestras sociedades occidentales, cada vez más exigentes, se están dando situaciones que no encuentran solución y que ponen a la persona al límite de su sufrimiento.

El acoso y la violencia escolar y el acoso laboral si no son detectados y atajados de manera rápida pueden derivar en episodios de violencia y en algunos casos de suicidio.