viernes, 15 de agosto de 2014

Días Perdidos


Así como nuestro pino aprovecha cada día para seguir creciendo, se aprecia su tallo algo más grueso, nosotros deberíamos aprovechar cada día al máximo, como si en ello nos fuera la vida porque en el fondo se trata de eso, de vivir intensamente y no perder nuestra mente en asuntos y cosas que solo proporcionan sufrimiento a uno mismo y a los demás. Los días perdidos, esos que yo también he perdido en el pasado, no vuelven. Aprendamos del pequeño árbol esta lección: vivir cada día al máximo, intensamente, dejando florecer lo mejor de nosotros mismos.

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