miércoles, 13 de agosto de 2014

El amor

Brote de un pino, día 3

De la misma forma que los cuidados han obrado el milagro que vemos con alegría en nuestro árbol, se aprecian lo que seguramente son las primeras acículas del pino, el amor es una fuerza transformadora capaz de empequeñecer la enfermedad mental. Sin duda alguna son muchas las reflexiones que se han hecho sobre el amor. No en balde hasta los alumnos de psicología lo estudian cuando abordan el tema de las emociones. Pero el amor es sobre todo una experiencia transformadora capaz, como digo, de empequeñecer la enfermedad mental. Ya conoce el lector que hace algunos años, quizás demasiados, fui diagnosticado de esquizofrenia. Sin embargo el amor, ha permitido que mi mente haya abandonado la prisión en la que se hallaba para volcarse en otra persona a la que amo y me ama. De hecho, mi reflexión no pretende valorar los diferentes tipos de amor, como el amor materno-filial, el amor fraternal o el amor comprometido pero falto de intimidad y pasión tan propio de los clérigos. Me refiero pues al amor entre dos personas, a aquel que busca con igual intensidad la intimidad, el compromiso y la pasión. Este amor tiene profundas y beneficiosas consecuencias, así transforma a la persona al aportarle seguridad, al despertar en uno la querencia por las relaciones interpersonales, al permitirle a uno cubrir las necesidades de aceptación o al poner a su alcance una experiencia del sexo que a su vez termina aportando estabilidad mental. Además el logro personal de este amor contribuye a la sensación de felicidad.

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