Si bien nuestro joven pino tuvo sus primeros seis días de espectacular desarrollo ahora parece que ha enlentecido sus cambios, que se toma su tiempo, que medita. Precisamente no son pocas las personas que en los últimos tiempos se han iniciado en la meditación como una forma de enlentecer y controlar el vertiginoso ritmo de sus pensamientos, sobre todo ahora que no son pocos los psiquiatras y psicólogos que nos advierten de que nuestra mente, activa la mayor parte del tiempo, pero a la vez muy perezosa en su forma de funcionar, produce muchos pensamientos de escasa calidad o son directamente productos basura que no nos aportan nada en absoluto. Yo mismo me he acercado e iniciado en dos técnicas de meditación asistido por maestros Budistas Triratna. La primera, el seguimiento de la respiración, y la segunda, Metta bhavana o el cultivo de las emociones y, por lo tanto, de un estado mental positivo y creativo. La primera técnica, el seguimiento de la respiración, puede resultar más fácil en algún centro de meditación, es decir, los ejercicios guiados, el concurso de los otros practicantes de la meditación y la misma sala de meditación otorgan pleno sentido al momento de meditar y predisponen cuerpo y mente a una practica provechosa. Respecto a la segunda técnica de meditación, Metta bhavana, el cultivo de las emociones positivas y creativas podría ser más fácil en soledad. En esta segunda técnica partimos de un pensamiento para evocar emociones positivas y creativas relacionadas con nosotros mismos y nuestro entorno. Veámoslo con un ejemplo, el recuerdo de un momento feliz en el pasado debería ser capaz de generar una emoción positiva. En cualquier caso la práctica de la meditación no devuelve resultados de manera inmediata; pero gracias a la meditación y muy especialmente al cultivo de las emociones positivas podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales.
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