sábado, 23 de agosto de 2014

Se trata de nuevas formas de hacer política


Al igual que nuestro joven pino experimentó cambios notables en sus primeros días de vida, mis circunstancias personales han experimentado también cambios importantes. Uno de ellos ha sido venir a vivir a Cataluña. Aquí he podido tomar el pulso a la realidad catalana y a los diferentes discursos frente a la propuesta soberanista de Artur Mas. La conclusión a la que llego es que aquellos que apoyan la consulta esperando un resultado favorable a la independencia lo hacen básicamente por el descontento con la actual situación, los ciclos de crisis económica siempre han dado pie a propuestas que en otro contexto no se habrían producido; pero sobre todo lo hacen por el convencimiento de que es hora de probar algo diferente. Sin embargo la pregunta que se deben hacer los partidarios de una Cataluña independiente  es si de verdad necesitan un país diferente o si por lo contrario necesitan políticos y políticas diferentes. Convergència i Unió en el poder desde 1980 con un breve paréntesis de siete años (1980-2003 y 2010-actualidad) necesariamente debe tener una cuota muy alta de responsabilidad en la situación de la actual Cataluña, o dicho de otra forma, si tras una supuesta ruptura con España los mismos políticos y partidos involucrados en el caso Millet o caso Pujol son los que van a seguir llevando las riendas de Cataluña con mismas formas de hacer política, el cambio solo puede ser un paso hacia el abismo. Cataluña al igual que España no necesita un país diferente; pero sí nuevas formas de hacer política y nuevos políticos y todo esto por higiene democrática.

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